París
- anaocanablog
- 3 abr 2023
- 1 Min. de lectura

Aquel viejo París
se me hizo ermitaño.
Por eso lo recuerdo.
¡Cómo voy a olvidarlo!
Me envolvió con su eterno perfume,
me ha llenado de abrazos,
me dejó con un beso en mis labios,
y con la piel hecha trizas.
Imposible olvidarnos.
Me sedujo a la vera del Sena
ese príncipe amado.
Se llamaba París,
¡Cómo dejar de soñarlo!
Me cogió de la mano
mientras lo disfrutaba,
me fue dibujando su bello perfil,
mientras me acariciaba.
Fuimos dos amantes
que junto a La Torre Eiffel,
prometieron amarse.
Mágico París,
¡cómo voy a olvidarlo!
Navegué por su Sena
con olor a verano,
me sedujo la noche
con su color amapola.
Hay un viejo París
que por mi piel sigue transitando.
Un romántico amor
que voy a seguir queriendo,
sin poder olvidarlo.
París eterno, mágico,
su cielo es el lienzo
que pintó Renoir.
Tu alma sale a pasear
por esos Campos Elíseos,
allí Dios quiso inmortalizar el paraíso.
Infinito París
dónde el amor
se ha quedado
para existir.

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