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Hijo

  • anaocanablog
  • 15 oct 2019
  • 1 Min. de lectura

Actualizado: 2 abr 2023


Ya no quiere que lo cuide,

aunque lo sigo cuidando.

Él quiere seguir muy libre por el planeta volando.

Ya no quiere que lo abrace,

cuando le llega un fracaso. Ni se conforma con verme en sus insomnios amargos.

Ya no le alcanzó la luna cuando llega algo cansado. Ni me deja que lo arrope con los fríos del pasado.

No quiere ser el pequeño al qué dormía en mis brazos. Tampoco desea seguir por mis recuerdos deambulando.

Y lo sigo tratando con esmero, con cuidado. Es mi pequeño ¡ y lo amo!.

El tiempo y yo le enseñamos

los primeros pasos.

Se me hizo hombre tan deprisa, que dejó sus miedos en mí mientras sigue volando.

Pero aún lo siento en mi vientre, por mis manos.

Es el río del mar de mí existencia.

Sin él vivir

no hubiera merecido la pena.


 
 
 

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© 2017 por Ana Ocaña Azor

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