EL ADIÓS
- Ana Ocaña
- 26 abr 2017
- 1 Min. de lectura
Bájate del tren que veloz se aleja,
estás hecho de retazos de promesas
que el frío de tu amor desvaneció.
Como largo equipaje que no deshaces,
y arrugado y sin remedio se murió.
Que no te importe amor
dar la media vuelta,
recurrir al cuento
que solo mi boca
a la tuya sosiega.
No soy manantial que se desborda
por tu piel de río que no cesa.
Quiero que vayas secando tu mirada
para que no me persigan tus ojos que hablan.
Todo se fue olvidando
pero tú más que yo
te has ido entre tormentas
por un mar encapotado
navegando, persiguiendo sueños
que nunca habíamos superado.
El adiós es ese dolor
que las lágrimas no calman.
Es un pozo muy vacío
que va creciendo en el alma.
Es como una puñalada
que nos hace perdernos
en la fugaz existencia
de poder respirarla.


Comentarios